Marina, quien está detrás de Studio Mandariini, nació en Madrid pero desde hace años vive en Ámsterdam, donde desarrolla su obra con una mirada fresca y cosmopolita, a través de composiciones vibrantes y nostálgicas. Su trabajo explora objetos cotidianos, transformándolos en narrativas coloridas que celebran lo común con un toque juguetón. Utiliza colores intensos y un gran ojo para los detalles, convirtiendo productos icónicos y artículos del hogar en piezas cautivadoras que evocan calidez y fantasía. Cada obra es una historia, minuciosamente detallada e impregnada de inspiración pop, que invita a redescubrir la belleza de lo cotidiano. Su colección propone llevar un toque único y lleno de vida a cualquier espacio.